No quiero que la vida me señale y califique, no quiero fingir una vez más que voy en contracorriente, suficiente tengo con los nudos en la mente como para apreciar la turbulencia que me creo.
No es por el tiempo ni por lo establecido, no es que me guarde cada cosa para luego materializarla, no, no es nada de eso, es que simplemente por primera vez siento cada paso como un alivio, como si la energía que se genera para dar ese paso se regrese por el impacto del mismo en la tierra.
Me bastó simple y sencillamente una vida que continua para aprender a estar en paz, pero nunca me imaginé que iba a ser todo tan pacífico como lo es.
sábado, 8 de noviembre de 2014
Intentando ponerle nombre a algo nuevo parte I
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