sábado, 11 de octubre de 2014

¡Maldito mal de mierda!

Aveces siento como el aire de mi casa se vuelve pesado, el ambiente es oscuro, opaco, siento como me provoca una visión de tune, no me deja ver más allá.
Aveces ese aire pesado y opaco que se vive en mi casa cae sobre mi, me atormenta, me atosiga. ¿Quién soy yo para sentir este pésame?.
Cuando ese aire cae sobre mi mí mente comienza a cansarse, y como si fuera por efecto de la gravedad comienza a bajar por todo mi cuerpo, pero es en mi mente donde se queda.
¡Maldito encierro!
No lo vivo de mente, no lo vivo de libertad y sin embargo busco justificación, busco eso, esa maldita mierda. Esa misma maldita mierda me hace sentir el ambiente de mi casa tan pesado, y quiero explotar, y quiero que se salga ya.
¡No aguanto más!
Este maldito fantasma que se alimenta de mi energía, de mis recuerdos de mi vitalidad.



Pero hay algo que me relaja, ver como comienzan a aparecer las letras en mi pantalla mientras voy explotando de a poco. Explotar como la explosión de besos causada por la felicidad de conocerlo un poco es malo, malo para momentos así, sería un suicido o nuevas marcas en mi.

¿Por qué putas no puedo, por qué esto tiene que se tan tortuoso, por qué?
Si existiera un dios se le rezaría todas las noches por un fin a esto. En vez de eso le recé a la ciencia y me tomaba cada noche mi pastilla de la felicidad.

Todo va bien y sin embargo no puedo.


























Siempre debo recordar que el apoyo no lo puedo buscar en alguien más porque entonces sería un apoyo enfermo.
Debo superar esto sola porque nadie me puede ayudar, mi madre, mi padre, todos han intentado ayudarme pero lo siento tan falso como un abrazo de alguien que buscó apoyo enfermo en ti.


¡Maldito mal de mierda!